nuevos datos, en los que pueden o no coincidir las teorías rivales o las teorías
complementarias y donde los estados de conciencia de los que hablaba White ya
no son decisivos para tramar la historia, y menos aún escribir acerca de un
proceso histórico en cuanto tal.
Veamos a continuación cómo estas nuevas ideas se complementan con
la innovación de los nuevos formatos de presentar a la historia.
Innovación que se encamina a los hipertextos.
Ginzburg (2012: 95-126) es un historiador que alienta a los escritores de
historia para que emigren de un modelo de linealidad historiográfica hacia un
modelo digital de hipervínculos a partir de las quejas suscitadas contra la
escritura formalista.
El autor en cuestión, hace del hilo y de las huellas de la metáfora un
compendio de temas en los que se nos muestran las huellas de los documentos,
protocolos, testimonios, historias y novelas que nos relata.
Para ello, Ginzburg aplica un método de lectura a contrapelo que le
permite obtener de sus fuentes aquello que se esconde en su interior: la voz no
controlada de las intenciones, mentalidades, técnicas, referencias cruzadas y
lecturas previas que la mayoría de las veces no declaran los autores pero que, a
pesar de ello, quedan inscritas en el cuerpo del texto como una huella.
Como lectores, procuramos estar atento a los silencios. Los relatos con gran
erudición y un estilo narrativo cultivado permiten seguir el rastro que dejan
en lo que produce en sus páginas, el lector atento no sólo puede apreciar el
contenido de muchas historias, sino también la forma en que han sido
pensadas y trabajadas. De capítulo en capítulo, de un tema a otro, si se lee a
contrapelo es posible ver la huella de un trabajo historiográfico particular,
de una postura y una reflexión sobre la historia que opera y se trasluce
constantemente; abocado a desenredar en los documentos el entramado
entre lo verdadero, lo falso y lo ficticio, lo cual, sigue siendo la labor
indiscutible de quienes practican el oficio de la historia. (Ginzburg,2010:
235)
Hay que advertir que en el actual estado de la cuestión, que no
solamente se fomenta la intención de la lectura detrás de la escritura, es decir,
la trama por ideología de la que hablaba White sino que se invierten las
prácticas de la lectura y escritura controlada como es el caso de Gasca
Fernández (2017: 113-136), quien a través del desarrollo de la lectura crítica y
la identificación de los aspectos contextuales y discursivos argumentativos