Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa
Sandoval Villalba, pp. 74-94.
ESTADO DEL ARTE
LAS PRÁCTICAS DE ESCRITURA EN HISTORIA DESPUÉS
DE WHITE HAYDEN
Blanca Rosa Sandoval
Villalba
delfinblank@hotmail.com
UEMEX
DOI: https://doi.org/10.38128/cienciayfilosofa.v1i01.6
Resumen:
Se actualiza el estado del arte en las técnicas y prácticas de escritura utilizadas
en la disciplina de historia a partir de la propuesta de análisis metahistórico del
historiador White Haydn como paradigma explicativo en el desarrollo del
supuesto de la existencia del proceso en la historia.
Palabras clave:
Escritura, Historia, Ficción, Proceso Histórico, Teoría Crítica.
Abstract:
The state of the art in the writing techniques and practices used in the
discipline of history is updated from the metahistorical analysis proposal of the
historian White Haydn as an explanatory paradigm in the development of the
assumption of the existence of the process in history.
Keywords:
Writing, History, Fiction, Historical Process, Critical Theory.
Recibido: 08.10:18
Aprobado: 25.11:18
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa
Sandoval Villalba, pp. 74-94.
ISSN: 2594-2204
Ideas previas.
Según Guevara (2016: 165-179) el estado del arte es una categoría
central y deductiva que se aborda y se propone como estrategia metodológica
para el análisis crítico de las dimensiones política, epistemológica y
pedagógica de la producción investigativa en evaluación del aprendizaje.
De esta definición, se propone seguir “la postura epistemológica o
paradigma del conjunto de suposiciones de carácter lógico de las que nos
valemos para aproximarnos a la búsqueda del conocimiento, la noción que
compartimos de realidad y de verdad, y el papel que cumple el investigador en
esta búsqueda de conocimiento, al igual que la manera como asumimos al
sujeto estudiado.” Guevara (2016: 167)
Actualmente el estado del arte dos: estudio temático y de campo, de los
cuales se encuentra la mirada del estado del arte constructivista, positivista y la
teoría crítica como las más sobresalientes o usadas como herramientas
metodológicas.
Al respecto, por conveniencia tetica aquí se valora la mirada del
estado de arte de la teoría crítica que a continuación se caracteriza:
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa
Sandoval Villalba, pp. 74-94.
ISSN: 2594-2204
Tabla 1.
CRITERIOS
TEORÍA CRÍTICA
RELACIÓN CON EL
ESTADO DEL ARTE
APORTES Y
LIMITACIONES AL
PROYECTO DE
INVESTIGACIÓN
Ontología
Realista critica: el sujeto
se reconoce activamente,
participa con otros grupos
o comunidad
en compromiso hacia la
acción
emancipadora.
El estado del arte
construye un puente entre
el lector y el texto, el texto
y su productor, el contexto
histórico y el presente,
y una circunstancia social
en particular y otra
(Denzin & Lincoln,
2012).
La voz de los diferentes
agentes en la investigación
se convierte en un
elemento de
transformación política y
social de conocimiento.
Epistemología
Hermenéutica crítica: 1. El
conocimiento no es
reproducción conceptual
de datos objetivos de la
realidad, sino una
auténtica formación y
constitución de sujeto
social.
2. Una comprensión de la
situación histórico- cultural
de la sociedad y conlleva
una aspiración de ser una
fuerza transformadora de
las múltiples y complejas
realidades sociales.
El investigador utiliza el
círculo hermenéutico en el
estado del arte (proceso de
análisis en el que los
intérpretes buscan la
dinámica histórica y social
que moldea la
interpretación textual).
Estudia las partes en
relación con el todo y el
todo en relación con las
partes Denzin & Lincoln,
2012).
Los avances en la
investigación se proponen
a través del
reconocimiento de las
dinámicas históricas,
políticas y sociales.
El diálogo reflexivo se
convierte en un elemento
fundamental de la
formación y la
construcción de sujeto
social.
En este análisis se
articulan lo explicativo y
lo comprensivo con el fin
de develar las
contradicciones
ideológicas para la
transformación crítica del
mundo social, y se
establece una dialógica
transformativa: energiza y
facilita la transformación.
Instrumental
Técnicas de recolección y
análisis de la información
que permitan la creación de
una verdad participativa y
emancipadora.
Análisis del círculo
hermenéutico para la
construcción de una
dialógica transformativa.
Se utilizarán instrumentos
orientados al análisis de
necesidades y a la reflexión
sobre soluciones posibles a
procesos prácticos
participativos.
Fuente: Guevara (2016)
Conforme a este enfoque epistémico se procede a plantear la
problemática que surge con el historiador White Haydn (1992) a partir su
metodología y sus consecuencias en la escritura de la historia en cuanto tal.
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa
Sandoval Villalba, pp. 74-94.
ISSN: 2594-2204
No obstante, advertimos que el estado del arte que aquí se propone es de
carácter temático con implicaciones de campo, que algunos investigadores que
presentamos en este estado de la cuestión, han venido proponiendo en la
integración de sus evidencias.
Problemática.
White Haydn en su obra Metahistoria parte del supuesto según el cual,
el historiador se enfrenta al campo histórico como un gramático podría
enfrentarse a una nueva lengua. Su primer problema es distinguir entre los
elementos xicos, gramaticales y sintácticos del campo, lo cual hace suponer
que la práctica de escritura del “(…) historiador consiste en construir un
protocolo lingüístico completo, con dimensiones xica, gramatical, sintáctica y
semántica, por el cual caracterizar el campo y sus elementos en sus propios
términos, antes que en los términos con que vienen calificados en los propios
documentos.” (1992: 405)
La labor de fondo que se encuentra en Metahistoria es plantear límites
precisos en el campo de la escritura de la historia, esto es, no sólo diferenciar
el discurso no científico mítico, artístico y onírico que se encuentra presente en
la escritura de textos históricos sino además trazar los alcances de la historia en
cuanto a su pretensión de identificar a la historia como parte de las ciencias
sociales provistas de las leyes de regularidad propias y parecidas a las ciencias
físicas.
Esta búsqueda por demarcar y reconocer el devenir de la escritura en la
historia trae como consecuencia diferenciar los aspectos filosóficos e
ideológicos latentes en los discursos históricos, sobre todo su función a nivel de
legitimidad política, económica y social.
Al respecto dice el autor:
Creo que he penetrado en el nivel metahistórico en que la historia
propiamente dicha y la filosofía especulativa, de la historia tienen su origen
común en cualquier intento de dar sentido a la historia en general, He
sugerido que la historia propiamente dicha y la filosofía especulativa de la
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa
Sandoval Villalba, pp. 74-94.
ISSN: 2594-2204
historia sólo son distinguibles en cuanto al hincapié, no en cuanto a sus
respectivos contenidos. En la historia propiamente dicha, el elemento de
construcción se ha desplazado hacia el interior de la narrativa, mientras que
la posición de prominencia en la nea del relato se deja al elemento de los
datos "encontrados". En la filosofía especulativa de la historia sucede lo
contrario: allí el elemento de construcción conceptual pasa al primer
plano,se plantea explícitamente y se defiende de manera sistemática,
mientras que los datos son utilizados sobre todo con fines de ilustración o
ejemplificación. (1992: 406)
Esta caracterización que hace el autor sobre las prácticas de escritura en
donde no hay un sentido propiamente dicho en la historia, crea el problema
sobre si hay o no una primacía de los datos sobre la teoría o, por el contrario,
que la primacía de la teoría tiene alcances más amplios para su constatación que
los datos recurrentes. De modo que se implican dos tendencias marcadas en la
escritura de la historia: la historia sobrecomprendida de datos y tendencias
estadísticas y propiamente la historia orientada por una teoría histórica.
En mi opinión ninguna teoría de la historia resulta convincente ni se impone
a un público determinado con base únicamente en su adecuación como
"explicación" de los "datos" contenidos en su narración porque, en la historia,
igual que en las ciencias sociales en general, no hay manera de establecer de
antemano qué es lo que contará mo "dato" y qué es lo que contará como
"teoría" por la cual "explicar" lo que "significan" los datos. Y a la vez, no
hay acuerdo sobre lo que será considerado como un dato específicamente
"histórico". La resolución de ese problema requiere una metateoría, que
establezca sobre bases metahistóricas las distinciones entre fenómenos
meramente "naturales" y fenómenos específicamente "históricos". (1992:
408)
El autor aclara que no sólo en algunos casos decisivos es difícil
distinguir entre un fenómeno natural y un fenómeno histórico (en la guerra, por
ejemplo); también es difícil distinguir, en la determinación de los motivos,
entre un impulso animal en general (en un agente histórico específico) y las
formas específicamente humanas que ese impulso puede adoptar, de modo que
el campo histórico es constituido como un campo de análisis posible en un acto
lingüístico.
Estas consecuencias acarrean problemas de análisis si no se advierte que
ISSN: 2594-2204
White sigue la senda de análisis de autores como Bachelard (2000: 21) o
Durand (2004: 215 ss) en donde los conceptos y las categorías siguen a lo
figurado; que el reino de lo imaginario les antecede a las formas de
razonamiento lógico, e incluso un análisis a contrapelo de las prácticas de la
escritura permiten ver el desarrollo de la composición de la historia en su
devenir en cuanto disciplina. Por lo anterior, el autor advierte la siguiente
panorámica:
1)
no puede haber "historia propiamente dicha" que no sea al mismo tiempo
"filosofía de la historia";
2)
los modos posibles de la historiografía son los mismos modos posibles de la
filosofía especulativa de la historia;
3)
esos modos, a su vez, son en realidad formalizaciones de intuiciones
poéticas que analíticamente los preceden y que sancionan las teorías
particulares utilizadas para dar a los relatos históricos el aspecto de una
"explicación"
4)
no hay base teórica apodícticamente cierta para afirmar de manera legítima
una autoridad de cualquiera de los modos sobre los demás como más "realista";
5)
como consecuencia de esto, estamos obligados a hacer una elección entre
estrategias interpretativas rivales en cualquier esfuerzo por reflexionar acerca de
la historia-en- general;
6)
como corolario de esto, la mejor base para elegir una perspectiva de la
historia antes que otra es por último estética o moral, antes que epistemológica,
y finalmente
7)
la exigencia de cientifización de la historia no representa más que la
afirmación de una preferencia por una modalidad específica de
conceptualización histórica, cuya base es moral o bien estética, pero cuya
justificación epistemológica todavía está por establecerse (White, 1992:11)
Según este enlistado, no podemos afirmar que el texto en cuestión haga
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94.
un psicoanálisis de la historia, sobre todo de los conceptos de la historia, no
obstante, lo que sí revela el autor es que no hay una cientifización de los
procesos del pensamiento de los historiadores del siglo XIX, que es el siglo al
que somete a su análisis, sino un substrato de teorías que nutren las
interpretaciones históricas que les sucedieron.
En el famoso esquema de los niveles de escritura podemos implicar lo
que el autor dice acerca de los tipos de conciencia histórica que se reflejan en
su análisis.
Tabla 2.
Modo de
Tramar
Modo de
argumentación
Modo de implicación
ideológica
Romántico
Formista
Anarquista
Trágico
Mecanicista
Radical
Cómico
Organicista
Conservador
Satírico
Contextualista
Liberal
Fuente:
White (1992)
Según este esquema de implicaciones y correspondencias en los niveles
de trama, argumentación e ideología, los filósofos e historiadores del siglo
XIX conformaron, a partir de la escritura, los modos de conciencia con los que
se referían a los hechos históricos sin que predominara, por consiguiente, un
tipo específico de conciencia histórica.
Este cambio de paralaje afecta desde luego a una concepción imparcial
de escribir la historia como lo sería la escritura acerca del archivo histórico de
tendencia formista, o formalista y en consecuencia academicista, es decir, al no
haber una conciencia histórica en cuanto tal -como lo suponían los filósofos e
historiadores del siglo XIX- la escritura de la historia se puede analizar desde
los horizontes del imaginario, así como los valores morales, éticos y estéticos,
permitiendo así la inauguración de un discurso transdisciplinario que ha
mudado en la actualidad hacia diferentes construcciones no lineales como se
acostumbraba a escribir la historia hasta antes de aparecer Metahistoria.
En consecuencia, si a partir del texto que hemos analizado, hay un
cambio de paralaje en cuanto a la escritura de historia se refiere, entonces
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94.
podemos advertir la siguiente hipótesis según la cual, hay una mudanza en la
actualidad en cuanto a la forma de escribir historia, que tiene consecuencias en
la presentación de hipertextos que ya no obedecen a una linealidad del
conocimiento de las verdades históricas con las que fueron educadas las
generaciones pasadas a partir de conciencias históricas específicas.
Revisemos las siguientes fuentes para confirmar semejante aserto que implica
la anulacn de un sujeto histórico en el sentido de conciencia histórica
inmersa en un proceso histórico como referente en los estudios de la historia.
Ideas nuevas.
Los cambios de paradigma suelen acontecer en un lugar específico del
discurso, en este caso, el paradigma de escritura histórica comenzó con los
discurso acerca de la nación, en este sentido estamos de acuerdo con Gelner
(2001: 31 ss) en su crítica a cerca del nacionalismo como un discurso inventado
por el Estado para concebir a la Nación como una unidad homogénea dentro de
una concepción de derecho consuetudinario, que definía las prácticas de
negociación y comercio con otros estados fundamentalmente beligerantes.
Con la aparición del derecho internacional convencional y por tanto la
adopción política e ideológica de un pluralismo étnico y multicultural, el
nacionalismo homogéneo entró en crisis de legitimación con un Estado
defensor de los derechos humanos (Habermas, 1973: 78) que no tardaría en
definirse como Estado de Derecho en un contexto de acuerdos internacionales.
Con este cambio de prácticas de legitimación política, la producción de
historia creada por el Estado se ha ido segmentando hacia un público cada vez
más especialista y por tanto asilado y sin la misma influencia que tuvo en los
siglos pasados, donde linealidad en la escritura era sinónimo de linealidad en la
historia, en específico la historia de la legitimación del Estado nacional
homogéneo y antropomorfo.
La historia que produce el Estado, es decir las instituciones públicas, va
encaminada a mostrar los elementos ideológicos de pervivencia como lo
plantea Espinosa Martínez (2010: 21-58) en donde muestra la forma en la cual
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94.
se desarrolló una nueva forma de apropiación y de representación del pasado
en México durante la segunda mitad del siglo XIX. En este siglo, dice…
Se presenta el ámbito cultural y político que privó en el país durante dicho
lapso; así, se pone énfasis en las tendencias y corrientes de pensamiento (en
particular el romanticismo y el cientificismo) que influyeron en la escritura
de la historia propuesta por más conspicuos hombres públicos de la época.
Ello constituyó la plataforma para el estudio del pasado con un carácter
nacional (representar a los mexicanos), espíritu liberal (guía de un Estado
rector) y aspiración científica (historia lineal y documentalista). (Espinosa,
210: 23)
Esta forma de escritura por implicación ideológica tienden más a
conformar un catálogo de clasificación histórica que apegarse a una escritura
científica o académica que se practica en la actualidad, no obstante, podemos
decir que es recogida por otras tendencias de escritura en historia como son el
decolonialismo que es un método que ha sufrido una reorientación a partir de la
filosofía francesa, en particular del método de la decostrucción de Derrida
(2004: 125)
La decolonización ha sido exitosa en América Latina porque contribuye
a la crítica del Estado Nacional homogéneo y que a su vez permite destacar un
discurso de identidad a partir de elementos étnicos, transculturales y de
liberación centro-periferia.
Rossell Cecilia (2006: 65-92), es un ejemplo extremo para reconfigurar
la decolonización desde épocas muy remotas para demostrar que el mito de la
linealidad histórica de la escritura forma parte de una didáctica del Estado
Nación que tergiver una estructura de pensamiento no lineal sino de
hipernculos propuesta ya desde los antiguos mexicanos para describir su
cosmovisión.
La escritura pictográfica nahua ha sido un tema muy controversial entre
antropólogos, historiadores, arqueólogos y lingüistas, ya que es un sistema
original que no encaja con las definiciones tradicionales de lo que debe ser
una “verdadera” escritura, es decir, una que represente solamente la cadena
del habla y, por ello, que se presente de manera lineal. La escritura maya ya
ha sido aceptada dentro de esta categoría, sin embargo, los sistemas de
escritura del Altiplano de xico, aún están en debate. Sólo el avance en la
metodología y el desarrollo de estudios minuciosos podrán responder estas
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94.
preguntas. Aquí se presentan unos breves antecedentes sobre la lengua -
huatl y sus hablantes, los tolteca-chichimecas y un análisis más detallado de
ciertos rasgos del estilo pictórico y de algunas características de la escritura
pictográfica nahua, estudiados en el códice mixto del siglo XVI conocido
como la Historia tolteca chichimeca. (Rossell, 2006: 66)
Hay que advertir que el decolonialismo y sus prácticas de escritura
regional alcanzan dimensiones amplias para las culturas que fueron acalladas
por una visión eurocéntrica de escribir historia y a la cual pertenece todavía
Wihte con su teoría de las conciencias históricas.
Una de las innovaciones que ha traído la decolonización ha sido la
búsqueda de identidad a partir de estados psicológicos ya sea para legitimar
una idea de identidad o para someter a crítica elementos simlicos arcaicos o
incluso para plantear dicotomías en la escritura de la historia.
En el caso de América Latina, tenemos a González Daniuska (2003)
quien dice que detrás del mal está la historia.
Durante los siglos de existencia humana, el mal, ades de aparecer como
objeto de representación y como definición filosófica, ha generado sus
propios mbolos que actúan, en mayor o menor escala, con comunidades de
individuos y sobre ellas, se despliega. La escritura del mal y la historia
pretenden leer parte de la relación entre el mal y su representación histórica
en la narrativa, ese mal que, dentro de la historia, la atrae esencialmente
como experiencia. Es un cuerpo narrativo tejido obsesivamente con una
palabra sutil, pero envilecida hasta una gradación insostenible, y que
explora el aniquilamiento moral de una sociedad durante la época de una
dictadura. González (2003: 33)
Aquí el mal entendido como una experiencia aterradora de sufrimiento,
dolor, mutilamiento y muerte conforma una didáctica de experiencias
históricas que surgen a partir de la singularidad hacia la colectividad y que
conforma una memoria: la memoria del sufrimiento. En cambio, encontramos
una crítica a este procedimiento a partir de una cultura que se ha beneficiado
del sufrimiento comoidentidad.
Esther Benbassa (2007) hace una crítica a la cultura hebrea, la cual ha
definido su identidad a través de una historia estigmatizada de diásporas,
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94.
guetos, exclusión y genocidio. Mientras el pueblo judío no ha vuelto a ser
imperio se ha valido del sufrimiento como una identidad que ha mantenido
unidos a diversos grupos de seres humanos en el mundo que practican un
mismo culto religioso dirigido al Dios antiguo de Abhram y Moisés.
“No estamos hablando, por supuesto, de los sufrimientos sicos actuales
que aún se prefieren ocultar, sino de esos sufrimientos emblemáticos que
secundan la exigencia de derechos en nombre del sufrimiento. La historia
del sufrimiento juo a lo largo del tiempo revela hasta qué punto ese
sufrimientos estuvo presente y fue solicitado para consolidad la unidad del
grupo y su adhesión al judaísmo en el transcurso de los siglos pasados.”
(Benbassa, 2007: 261)
Por último, tenemos a Sara Sefchovich (2014: 12) quien a partir de la
mentira como todo sugiere una escritura y lectura de la historia que se
caracteriza por los secretos de dominación.
Tabla 3.
Formas de mentir
Pisos para la mentira
Consecuencia de la mentira
Prometer, usar números, alardear,
No definir, no devaluar, no
Consecuencia de la mentira:
pretender, minimizar,
actuar, irse por la superficie, no
desconfianza, falta de respeto,
descalificar, hablar demasiado,
prever, improvisar, no
desmemoria, desinterés, doble
enredar, tergiversar, no dar
capacitarse, apostar al azar, no
moral, corrupción, esperar todo
información, decir verdad a
reconocer errores, no tener
del gobierno, carecer de
medias, dar versiones diferentes,
coherencia, la doblez, la
liderazgo, desesperanza
no llamar a las cosas por su
negligencia, depender de la
nombre, cambiar el significado
aprobación de afuera
de las palabras, ponerle nombres
nuevos a lo viejo, abusar de las
palabras, soltar chismes y
rumores, usar un doble discurso,
guardar silencio, no ver ni oír,
negar, diluir la responsabilidad,
echarle la culpa los otros,
defender a los propios, apelar a
un nosotros, apostar al olvido,
apurarse, no apurarse, la mentira
abierta, cinismo, manipular las
imágenes, más de lo mismo.
Fuente: adaptada de Sefchovich (2014)
Para cerrar con el tema de las nuevas ideas en la escritura en historia
diremos que las nuevas ideas se refieren se vieron acompañadas de una
desconfianza por los modos de tramar la historia de corte occidental, dando
prioridad a elementos regionales y/o étnicos que culminan en estados
psicológicos como base de contrastación para las ciencias sociales. Es decir,
ahora son los estados emocionales los veneros por los cuales se nutren los
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94.
nuevos datos, en los que pueden o no coincidir las teorías rivales o las teorías
complementarias y donde los estados de conciencia de los que hablaba White ya
no son decisivos para tramar la historia, y menos aún escribir acerca de un
proceso histórico en cuanto tal.
Veamos a continuación mo estas nuevas ideas se complementan con
la innovación de los nuevos formatos de presentar a la historia.
Innovación que se encamina a los hipertextos.
Ginzburg (2012: 95-126) es un historiador que alienta a los escritores de
historia para que emigren de un modelo de linealidad historiográfica hacia un
modelo digital de hipervínculos a partir de las quejas suscitadas contra la
escritura formalista.
El autor en cuestión, hace del hilo y de las huellas de la metáfora un
compendio de temas en los que se nos muestran las huellas de los documentos,
protocolos, testimonios, historias y novelas que nos relata.
Para ello, Ginzburg aplica un método de lectura a contrapelo que le
permite obtener de sus fuentes aquello que se esconde en su interior: la voz no
controlada de las intenciones, mentalidades, técnicas, referencias cruzadas y
lecturas previas que la mayoría de las veces no declaran los autores pero que, a
pesar de ello, quedan inscritas en el cuerpo del texto como una huella.
Como lectores, procuramos estar atento a los silencios. Los relatos con gran
erudición y un estilo narrativo cultivado permiten seguir el rastro que dejan
en lo que produce en sus ginas, el lector atento no sólo puede apreciar el
contenido de muchas historias, sino también la forma en que han sido
pensadas y trabajadas. De capítulo en capítulo, de un tema a otro, si se lee a
contrapelo es posible ver la huella de un trabajo historiográfico particular,
de una postura y una reflexión sobre la historia que opera y se trasluce
constantemente; abocado a desenredar en los documentos el entramado
entre lo verdadero, lo falso y lo ficticio, lo cual, sigue siendo la labor
indiscutible de quienes practican el oficio de la historia. (Ginzburg,2010:
235)
Hay que advertir que en el actual estado de la cuestión, que no
solamente se fomenta la intención de la lectura detrás de la escritura, es decir,
la trama por ideología de la que hablaba White sino que se invierten las
prácticas de la lectura y escritura controlada como es el caso de Gasca
Fernández (2017: 113-136), quien a través del desarrollo de la lectura crítica y
la identificación de los aspectos contextuales y discursivos argumentativos
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94.
desarrolla su teoría de la alfabetización situada bajo la premisa sociocultural
según la cual, la alfabetización no debe ser concebida como la capacidad de
leer y escribir de una manera descontextualizada, sino en las prácticas sociales
que implican formar parte de un grupo social como la escuela, la familia, el
grupo religioso, la minoría étnica, etcétera. La siguiente tabla conforma una
síntesis de lo que tratamos de explicar.
Tabla 4.
Lectura-escritura en una práctica social situada.
Niveles de alfabetización
Ejecutiva
Funcional
Instrumental
Epistémica
Herramienta
Leer las líneas
Superficial
Motivación
Informar
Reproductiva
Leer entre las líneas
Superficial
Emocional
Narrar
Escolástica
Leer entre las neas
Literacidad
Roles de autor-lector
Ayuda a comprender
Profunda
Deliberativa
Procesos frío
Aspectos textuales y
Discursivos
Persuadir
Analítica y crítica
Leer detrás de las líneas
Leer la ideoloa
Literacidad
Formas de pensamiento,
formas de pensamiento,
valores, representaciones
culturales.
Enseña a comprender
Crítica (pensamiento y exp
Evaluativa
Procesos cálidos
Carga valorativa
Consecuencias
argumentativas
Fuente: adaptada de Espina y Barrón (2017)
Conforme a esta organización conceptual, la autora propone; 1) La
teoría sobre escritura social-situada es coherente con los grados de
alfabetización de una comunidad dada, ya que que no responden a un sistema
de credencialización formal del conocimiento sino que extiende su influencia a
otros sectores, como lo sería el religioso, en donde la lectura y la escritura se
corresponde con la categorías epistémicas, este mismo criterio vale para las
asociaciones de conocimiento (abogados, políticos, literarios) que no forman
parte de una burocracia educativa. 2) Se puede establecer una línea de
demarcación real entre lectura-escritura crítica no formal respecto a la lectura-
escritura académica epistémica oficial y 3) El carácter abierto e inclusivo de la
teoría no es delimitante en ninguna de las categorías sino complementario.
Ninguna categoría esdenostada sino situada en un proceso de práctica social,
no necesariamente sujeta a la educación formal.
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94
Además de las vertientes de escritura socialmente situada apara
alfabetizar a un blico no especializado se encuentran las variantes sobre
historia política situada. mez Pardo (210: 245-255) aborda algunos temas
más recurrentes que se pueden abordar en el proyecto de una historia política
de laescritura.
Retomando los planteamientos de Roger Chartier y michel Foucault,
define de manera propedéutica el significado y el alcance de este proyecto, y su
importancia para los estudios sobre los usos de la escritura en la historia
occidental, teniendo en cuenta que en ésta se sedimentan y reproducen
poderes, y en su ordenamiento social, emergen nuevos sujetos
No es mi propósito desarrollar una exhaustiva historia política de la
escritura, sino mostrar algunos temas recurrentes (que nos ofrece la misma
historia pasada y reciente), acerca de su posibilidad y el significado que este
proyecto puede tener en una posible investigación más ambiciosa y
detenida. El proyecto, sin duda, tendrá que enfrentarse con algunos
obstáculos inevitables que no se han mencionado aq, relativos tanto a la
metodología como al mismo carácter legitimador o deslegitimador al que se
enfrenta o en el que se encuentra toda escritura. El ejercicio aparentemente
inocente de la escritura no es algo que se encuentre allende de todo poder,
en cambio, reproduce y recrea un orden de cosas. (2010: 247)
Siguiendo a Foucault, el autor hace énfasis sobre la escritura en historia
cuando dice que ésta se define por la función en la que queda atrapada dentro
de un orden en el que funciona, tratando de afianzarse, de reproducirse, de pagar
la deuda con la tradición, para sentirse algún día con derecho a hablar en
nombre propio, y convertirse, así, en “sentido”, en esa batalla general en la que
se intentan arrancar, dentro del orden del discurso posible, fragmentos de un
saber enmohecido en los textos escolares y en otros discursos.
Otro importante investigador que conecta las prácticas de escritura con
la identificación del sujeto en la historia es Cheirif Wolosky (2009: 195-2014),
este autor re exiona sobre el hombre y el saber en la escritura de la historia.
Parte del supuesto de que todo sujeto que participa en la práctica científica es, a
su vez, objeto de estudio de tal práctica. Este proceso de “objetivación del
sujeto” asume, por tanto, que los supuestos de la ciencia guardan un vínculo
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94
estrecho con el sujeto que los enuncia.
El análisis se apoya, en la “objetivación del sujeto”, en tres formas
culturales: la gramática general, el análisis de las riquezas y la historia natural.
A este proceso tripartita, que hace del sujeto un objeto parlante, una unidad
productiva y un ser vivo, se le denomina diagrama”: un conjunto de
enunciados, funciones y visibilidades dispersos en el espacio y en el tiempo.
Con estas innovaciones de carácter intrínseco en la escritura de historia,
esta disciplina se dota así misma de los fundamentos necesarios para mudar
hacia los hipertextos digitales y ser compatible con las nuevas tecnologías,
como lo explicamos a continuación.
Escritura para hipertextos y nuevas tecnologías.
Es un hecho que las innovaciones antes mencionadas han conducido a
una revolución de la escritura de la historia que está siendo acompañada por
las nuevas tecnologías, al respecto, Prades Vilar (2016: 225-259) maneja el
concepto de “revolución” que supone la aparición del texto digital, acomo los
problemas y retos a los que se enfrenta la historia digital en tres órdenes: el
textual, el de las razones que articulan el texto y el de las propiedades del
mismo. A partir de ellos se evidencian los cambios profundos en el dispositivo
de autoridad de texto historiográfico digital; la aparición de nuevas técnicas de
prueba historiográfica; y los problemas en torno a la integridad del texto digital
como fuente. A partir de estos tres ámbitos se origina un debate que revela la
necesidad para el historiador de entablar un diálogo metodológico con
archivistas, bibliotecarios e informáticos.
Un importante estudio en este tema es el de Morales Morelos (2010: 30-
38) quien investiga los enfoques recientes sobre la narratividad historiográfica
en donde destaca en especial la relación entre la escritura histórica y los
museos que escenifican la historia mediante objetos museográficos.
La discusión que preocupa a algunos historiadores consiste en saber si, a
pesar de que la producción del museo como género moderno de escenificación
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94
de la experiencia histórica ha sido una posibilidad existente desde hace más de
150 os mientras que el discurso histórico únicamente cobra sentido pleno
con un modo específico del discurso escrito y lineal.
La actual proliferación de la imagen mediante la expansn de otros
recursos de representación visual, como la fotografía, el cinematógrafo, la
televisión, el video, la virtualidad digital e internet, ha venido a radicalizar la
preocupación por el discurso histórico como simple escritura. En este sentido,
el autor en cuestión se plantea las siguientes preguntas: ¿Cómo se enfrenta
este asunto desde la reflexión historiadora?
¿Por qué el lenguaje museográfico, al comunicarse como un espacio narrado del
campo visual, se hace historiable en sí mismo? El museo como un lugar
situado opera de un modo diferente de comunicar la escritura de la historia, lo
cual pasa ineludiblemente por las operaciones museográficas que otorgan vida
nueva a lo ya acontecido. En general, la cuestión de la escenificación visual de
la historia sirve para el estudio del espacio y de las operaciones museográficas
entendidas como estrategias narrativas (hipertextuales e intertextuales) capaces
de recrear una sensación de estar-a frente a lo real auténtico (evidencia
empírica), y la forma en que otorga significado a las cosas que rige por una
estructura binaria de sus operaciones comunicativas, que consiste en acciones
de ver/no ver, objetividad/subjetividad, presencia/ausencia, conocimiento/rito,
como por ejemplo, los monolitos aztecas encontrados en 1790, en el actual
Zócalo de la Ciudad de México, que adquirieron vida a partir de estas nuevas
técnicas de narración.
El bestsseller de historia.
Hay que tomar en cuenta que el estado de arte en cuestión conduce a la
generación y consolidación de escritores de historia en la región, como lo
apunta Silva Rodríguez (2013: 97-110) que identifica mo desde sus
propiedades textuales y desde la dimensión pragmática del lenguaje lo
histórico y lo ficcional se han distanciado y vuelto a encontrar en la producción
cultural. El texto sintetiza y relaciona elementos conceptuales que han sido
expuestos como constitutivos de dos modalidades de producción discursiva: la
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94
escritura histórica y la escritura de ficciones.
Este autor aborda aspectos como la pretendida diferenciación entre
historia y ficción, la coincidencia en la utilización de recursos textuales y
retóricos y el deslinde de los dos dominios de acuerdo con los pactos de lectura
que se han construido históricamente, con ello pretende destacar que conceptos
como los de verosimilitud, veracidad, narración, subjetividad y relación signo-
orden histórico han sido tomados como criterios de acercamiento y de
diferenciación entre ambas modalidades.
Nava Murcia (2016: 15-52) por su parte, dice que el propósito último de
la escritura en historia es mostrar -siguiendo a Derrida- que el concepto
tradicional de escritura sufrió una inversión de la oposición entre voz y
escritura, colocando a la escritura en la reducción más allá de una mera cnica
anterior a todo sistema de habla que trajo consigo una jerarquía de valor y
predominio absoluto sobre el habla.
Un análisis del concepto de escritura viene a plantear el problema de cómo
pueden leerse los textos, la producción de sentido, lo que puede y no puede
representar, acomo los efectos performativos que despliega. Esto abre al
menos tres proposiciones y cuestiones para los historiadores: la escritura
como impresn sobre un soporte material, y mo da a ver el
acontecimiento, producido y alterado por el soporte de inscripción; la
escritura como impresn no reducible a la memoria, pues está abierta al por-
venir en las múltiples lecturas y reimpresiones de la escritura de la historia; y
toda inscripción es iterable, esto es, repetible más allá de la intención del
autor y más allá de su contexto de producción, lo que plantea cómo pueden
leerse los documentos e historiografías. Nava Murcia (2016: 17)
Con lo anterior, podemos decir que la escritura en historia, sobre todo
con el surgimiento de la tecnología digital, es encaminada hacia la
visualización del escritor de historia en el cine, documentales, hipertextos
digitales y demás productos de historia que cada vez más adquieren una lógica
de mercado sin que predomine una conciencia en la historia y menos aún la
idea de un proceso orgánico de la humanidad que pueda narrarse en historia.
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94
Conclusiones.
En este estado de la cuestión hemos partido de los supuestos asentados
por White para tramar la historia a partir de la conciencia en la historia y de un
proceso orgánico e incluso mecánico en donde acontecen los hechos históricos.
A partir de este supuesto compartido por los historiadores y filósofos del
siglo XIX y parte del XX, White introduce -en la forma de tramar la ironía con
la que culminan los procedimientos racionalistas y nihilistas- el escepticismo
que hace estragos en el supuesto de una conciencia en la historia, de modo que
la escritura de historia que abonaba a la consolidación de una narrativa en
función de una conciencia histórica que obra en un proceso histórico de pronto
deja de producir historias con este tipo de tramas de carácter dramático y
trágico fundamentalmente.
Así, que lo que hemos analizado en este estado del arte de la escritura en
historia forma parte de esa advertencia que había propuesto White a los
escritores de historia, es decir, que ya no habría el predominio de una
conciencia en la historia, ni siquiera en las formas de tramar a la historia dentro
de un proceso orgánico de desarrollo continuo, sino que el escritor de historia
tenía que valorar la importancia de una escritura abigarrada de datos empíricos
y la presencia de macroteorías históricas que ya habían previamente definido la
moral, la ética y estética de los modos discursivos.
Al respecto podemos decir, que tras las cuatro décadas que han
transcurrido desde la aparición de Metahistoria, la escritura en historia hasta
ahora ha sido prudente pero contundente para ya no continuar con los modos
de tramar la historia de estilo occidental, más bien lo que vemos es que ha
buscado en la propia escritura nuevas idea, como decíamos: que ya no
obedecen a una linealidad del conocimiento de las verdades históricas con las
que fueron educadas las generaciones pasadas a partir de conciencias históricas
específicas, sino que acontece hoy una pluralidad de modos de tramar la
historia que traen innovaciones de carácter intrínseco en la escritura de historia,
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94
es decir, esta disciplina se ha dota durante este tiempo de fundamentos
necesarios para mudar hacia los hipertextos digitales y ser compatible con las
nuevas tecnologías que preparan al escritor de historia más allá del archivo, del
relato, de la leyenda hacia otras tantas formas audiovisuales en donde la
investigación histórica provee lo necesario para dicha mudanza.
En consecuencia, no podemos decir que los nuevos formatos de
escritura en historia se encaminan hacia la identificación de un sujeto histórico,
más bien podemos decir que la mudanza hacia las tecnologías digitales ha
constituido la principal tarea de los nuevos escritores de historia. Sin embargo,
tampoco podemos decir que esta tendencia se generalice, sino que el supuesto
de un sujeto histórico en el proceso histórico se ha sustituido por un análisis
historiográfico del poder tanto económico, pero fundamentalmente político con
consecuencias sociales.
Hoy predominan los historiadores del poder que innovan en la escritura
de la historia, lo cual marca una tendencia de los datos empíricos sobre las
teorías históricas, es decir, se ha vuelto s inmanente la escritura de la historia
sobre los datos empíricos y menos acuciante sobre los imaginarios de la
historia como lo advirtió White al predecir que la historia y las ciencias
sociales habían pasado de una construcción pre- científica hacia las formas del
imaginario y su consecución en los relatos del progreso, y que por tanto la
escritura de la historia tenía que decidir sobre la primacía de los datos
empíricos en contextos históricos diferentes.
Hoy no solo se confirma semejante aserto, sino que a nivel de la trama
ideológica neoliberal parecen confirmar su triunfo parcial sobre el radicalismo,
el anarquismo y el conservadurismo, es decir, estamos ante la presencia de
discursos historiográficos que han asumido la subsunción, a nivel histórico, de
otras prácticas de tramar la historia que no sean las del establishment del
capital y de la democracia representativa como formas absolutas de conciencia
histórica.
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-94
Fuentes bibliográficas.
BACHELARD, G. (2016). La formación del esritu científico, México: Siglo
XXI.
CHEIRIF Wolosky, (2009). “Alejandro Diagrama: la objetivación del sujeto
en la escritura de la historia”, Historia y Grafía, núm. 32, pp. 195-214
DURAND, Gilbert (2007). La imaginación simbólica. Buenos Aires:
Amorrortu. ESPINO Y BARN (cor) (2017). La lectura y la escritura en
la educación en
xico, México: UNAM.
ESPINOSA, Martínez (2010): 21-58). “En busca de un método: la escritura de
la historia en xico, 1853-1889”, Estudios de historia y sociedad, vol.
XXXI, núm. 123, pp. 21-58.
HABERMAS, J. (1973). Problemas de legitimación en el capitalismo tardío,
Madrid, tedra.
GINZBURG, C (2010): El hilo y las huellas. Lo verdadero, lo falso, lo ficticio,
Buenos Aires: FCE
MEZ, Pardo, (2010). “Hacia una historia política de la escritura”, Nómadas
(Col), núm. 33, octubre, pp. 245-255
GONZÁLEZ Daniuska (2003). “La escritura del mal y la historia”, Atenea,
núm. 488, segundo semestre, pp. 31-45.
GELNER, E. (2001). Naciones y nacionalismo, Madrid: Alianza.
GUEVARA P (2016). “El estado del arte en la investigación: ¿análisis de los
conocimientos acumulados o indagación por nuevos sentidos?Revista
Folios, m. 44, julio-diciembre, pp. 165-179.
MORALES Moreno (2010). “La escritura-objeto en los museos de historia e
intervención”, Revista Internacional de Conservación, Restauración y
Museología, vol. 1, núm. 1, enero-junio, pp. 30-38.
NAVA Murcia (2016). “Historia, escritura y acontecimiento”, Historia y Grafía,
núm. 46, enero-junio, pp. 15-52.
ISSN: 2594-2204
Ciencia y Filosofía
,
núm.
(
2018). Las prácticas de escritura en historia después de White Haydn”,
Blanca Rosa Sandoval Villalba, pp. 74-91.
PRADES Vilar (2016). Escritura, fuentes y demostración en la historia
digital: problemas y retos actuales”, Revista de Humanidades, m. 34,
julio-diciembre, pp. 225-259.
ROSSELL Cecilia (2006). “Estilo y escritura en la historia tolteca
chichimeca”, Desacatos, núm. 22, septiembre-diciembre, pp. 65-92.
SEFCHOVICH, S (2014). País de mentiras, xico: Océano.
SILVA Rodríguez (2013). “Manuel Avatares de la distinción histórica entre la
escritura de la historia y la escritura de ficciones” Íkala, revista de
lenguaje y cultura, vol. 18, núm. 2, mayo-agosto, pp. 97-110.
WHITE H (1992). Metahistória, xico: F.C.E.