Ciencia y Filosofía 2594-2204
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especialización donde los artefactos tecnológicos tiene un significado estrictamente
pedagógico y 3). El modelo de la nueva escuela, que es de carácter emotivo, que da respuestas
a un tipo de conocimiento significativo y que termina subordinando a los dos modelos
anteriores (coexistentes entre sí); orientado a objetivos estrictamente laborables.
Siguiendo la transición del modelo tecnocrático hacia el modelo de la nueva escuela,
se advierte sobre la postura de Durkheim, Dewey, Gramsci y Freire para apreciar, en su génesis,
el movimiento transitorio del actual modelo educativo.
En su origen, para Durkheim (1990: 360) la educación debía ser un factor de integración
y control social, donde se transmitía la cultura, valores y creencias de la sociedad, la forma de
actuar, pensar, sentir de tal forma que ayudara a construir la personalidad del individuo: “la
educación es un ente eminentemente social tanto por sus orígenes como por sus funciones, y
que, por ende, la pedagogía depende de la sociología más estrechamente que de cualquier otra
ciencia.”
Con ello, Durkheim trata de sentar las bases de un tipo de educación sociable y
cognocible en cuanto a la sociología de la educación. Sin embargo, en la época de Durkheim
aún predominaba el modelo de la escuela tradicional en donde la disciplina y sus saberes debían
ser autoritarios, es decir, el educador debía tener tono de mando, por lo que la obediencia no
era concebible. De este modo, se le da al educador una ascendencia y una pasividad al
educando, con rol de estudiante únicamente receptivo y obediente. Sin embargo, el objetivo de
la educación, decía el psicólogo, “no sólo es disciplinar a los individuos, sino, además, propiciar
el desarrollo de las personas, logrando el sentido de autonomía y elección” (Durkheim p. 364).
Con Durkheim el papel fundamental de la educación y la disciplina, es el pleno
desarrollo de la persona identificada con la profesionalización y el logro de la independencia
tanto emocional como física.
En otras palabras, “la sociedad es condicionante del sistema educativo; pero todo
sistema educativo tiene como fin perpetuar los valores de la colectividad” (Durkheim, 1979:
364). Por tanto, la función de la escuela consistía en ser una institución estable que promoviera
la socialización pero al mismo tiempo la escuela tenía la finalidad de continuar con los valores
de la sociedad. No una sociedad en abstracto sino el conjunto de relaciones de solicitudes y de
flujo de producción y circulación de mercancías (Toffler: 1999: 28).
En la perspectiva de Durkheim, la escuela debía ser eminentemente social, en donde el
maestro era el centro de gravedad, la autoridad y propietario del conocimiento, mientras que la
sociedad era concebida como condicionante de la educación.
Por su parte, Dewey (1988: 84) no cambia radicalmente la perspectiva que Durkheim
tenía de la educación dirigida a los fines sociales, sino que ahora será el alumno el protagonista
o centro de la educación; la educación es una “liberación de las capacidades individuales en un
acrecimiento progresivo dirigido a fines sociales.”