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Doi. 0.5281/zenodo.18041043

Artículo

El agua como mito de creación en la Relación de Ramón Pané

Water as a creation myth in Ramón Pané: Relación

A água como mito da criação no relato de Ramón Pané

*Jose Óscar Luna Tolentino. ID. 0000-0003-1524-2611

**Alejandra Abigail Rodríguez López. ID. 0009-0009-0094-0207

Universidad Autónoma de Guerrero, Facultad de Filosofía y Letras, Posgrado en Humanidades, Chilpancingo, Guerrero, México. Email: 18522@uagro.mx

Resumen

Fray Ramón Pané escribió el primer texto americano, la primera relación acerca de las nuevas tierras, en el segundo viaje de Cristóbal Colón, en la entonces llamada isla la Española, en Santo Domingo, hoy República Dominicana. Este cronista de indias viajó con el almirante, quien le encomendó documentar todo lo posible, su obra se intitula: Relación acerca de las antigüedades de los indios (1498). Al respecto, nos interesa analizar e interpretar los mitos de creación con respecto al vital líquido: el agua. Por ejemplo, uno de estos corresponde al gran diluvio universal y mediante la mitología podemos sondear y cavilar las referencias antropológicas, etnográficas y arqueológicas que se indican en la narración, pues al ser el primer escrito resulta imprescindible. El mito de origen narrado en la obra corresponde al rompimiento de una jícara que inunda el mundo y del que provenimos, somos hijos del agua. La teoría y metodología de trabajo a implementar será con base en la “lectura iconográfica” propuesta por el maestro Rubén Bonifaz Nuño, que se aplica a través de imágenes, símbolos que forman conjuntos a descifrar e interpretar; complementando, a través de una postura decolonial, enfocaremos y criticamos la explotación y destrucción de los recursos naturales y humanos. Al respecto, nos apoyamos de autores como José Martí y “Nuestra América”, Edmundo O’Gorman y sus estudios de cronistas de indias occidentales, Juan Bosch con “el Caribe, frontera imperial”, Germán Arciniegas con “Biografía del Caribe” y Eduardo Galeano con “La fiebre del oro, la fiebre de la plata”. El propósito general de este trabajo consistirá en sembrar una semilla en el narratario, que genere conciencia, de lo primordial que es el agua para nosotros como seres humanos; inculcar, acaso, ese apego que debemos cultivar y procurar con nuestra Madre Tierra: protegerla, defenderla. ¿Qué hacer con un país que desecó un lago en el valle de Anáhuac para construir su metrópoli? ¿Qué postura asumir con un municipio como Chilpancingo que desapareció al río Huacapa, para hacer un canal de aguas sucias? ¿Qué acciones fácticas realizar por Acapulco, azotado por el huracán Otis? Resulta imperante la cultura del respeto y resguardo del vital líquido.

Palabras clave: Madre tierra, Caribe, Guerrero, Chilpancingo, Acapulco

Abstract

Fray Ramón Pané wrote the first American text, the first account of the new lands, on Christopher Columbus's second voyage, to what was then called Hispaniola, in Santo Domingo, now the Dominican Republic. This chronicler of the Indies traveled with the admiral, who entrusted him with documenting as much as possible. His work is entitled: Account of the Antiquities of the Indians (1498). In this regard, I am interested in analyzing and interpreting creation myths related to the vital liquid: water. For example, one of these corresponds to the great universal flood, and through mythology, I can explore and ponder the anthropological, ethnographic, and archaeological references indicated in the narrative, since, as the first written text, it is essential. The origin myth narrated in the work corresponds to the breaking of a gourd that floods the world and from which we come; we are children of water. The theory and methodology to be implemented will be based on the "iconographic reading" proposed by the master Rubén Bonifaz Nuño, which is applied through images, symbols that form sets to be deciphered and interpreted. Complemented by a decolonial stance that focuses on and critiques the exploitation and destruction of natural and human resources, I rely on authors such as José Martí and "Our America," Edmundo O'Gorman and his studies of chroniclers of the West Indies, Juan Bosch with "The Caribbean, Imperial Frontier," Germán Arciniegas with "Biography of the Caribbean," and Eduardo Galeano with "Gold Rush, Silver Rush." The general purpose of this work will be to plant a seed in the narrator, which generates awareness of how essential water is to us as human beings; to instill, perhaps, that attachment that we must cultivate and seek with our Mother Earth: to protect her, to defend her. What should be done with a country that drained a lake in the Anahuac Valley to build its metropolis? What position should be taken with a municipality like Chilpancingo that has removed the Huacapa River to create a sewage canal? What practical actions should be taken for Acapulco, devastated by Hurricane Otis? A culture of respect and protection of this vital liquid is imperative.

Keywords: Mother Earth, Caribbean, Guerrero, Chilpancingo, Acapulco

Resumo

Frei Ramón Pané escreveu o primeiro texto americano, o primeiro relato do Novo Mundo, durante a segunda viagem de Cristóvão Colombo, na ilha então conhecida como Hispaniola, em Santo Domingo, atual República Dominicana. Este cronista das Índias viajou com o almirante, que lhe confiou a tarefa de documentar tudo o que fosse possível. Sua obra intitula-se: Relato das Antiguidades dos Índios (1498). Nesse sentido, interessa-nos analisar e interpretar os mitos de criação relacionados ao líquido vital: a água. Por exemplo, um desses mitos corresponde ao grande dilúvio universal, e através da mitologia podemos explorar e refletir sobre as referências antropológicas, etnográficas e arqueológicas indicadas na narrativa, já que, como primeiro relato escrito, é essencial. O mito de origem narrado na obra corresponde à abertura de uma cabaça que inunda o mundo, e da qual viemos; somos filhos da água. A teoria e a metodologia a serem implementadas baseiam-se na “leitura iconográfica” proposta pelo Professor Rubén Bonifaz Nuño, aplicada por meio de imagens e símbolos que formam conjuntos a serem decifrados e interpretados. Complementando essa abordagem, a partir de uma perspectiva decolonial, focaremos e criticaremos a exploração e a destruição dos recursos naturais e humanos. Nesse sentido, recorremos a autores como José Martí e “Nossa América”, Edmundo O’Gorman e seus estudos sobre os cronistas das Índias Ocidentais, Juan Bosch com “O Caribe, Fronteira Imperial”, Germán Arciniegas com “Biografia do Caribe” e Eduardo Galeano com “Febre do Ouro, Febre da Prata”. O objetivo geral deste trabalho é plantar uma semente no leitor, gerando consciência sobre a importância da água para nós, seres humanos; incutir, talvez, o apego que devemos cultivar e nutrir com nossa Mãe Terra: protegê-la e defendê-la. O que fazer com um país que drenou um lago no Vale de Anáhuac para construir sua metrópole? Qual deve ser a posição em relação a um município como Chilpancingo, que desviou o rio Huacapa para criar um canal de esgoto? Que ações concretas devem ser tomadas para Acapulco, devastada pelo furacão Otis? Uma cultura de respeito e proteção a esse recurso vital é imprescindível.

Palavras-chave: Mãe Terra, Caribe, Guerrero, Chilpancingo, Acapulco

Enviado: 01 de junio de 2025

Revisado: 25 de septiembre de 2025

Aprobado: 08 de diciembre de 2025

Publicado: 27 de diciembre de 2025

Introducción

Estamos por finalizar el quinto año de la segunda década del siglo XXI, han pasado cuatro años de salir de la terrible Pandemia COVID 19 (virus SARS-CoV-2), como género humano no aprendimos lo suficiente de nuestros errores y de lo vulnerables que somos cuando explotamos, destruimos y faltamos el respeto a nuestra Madre Naturaleza. La pandemia fue un aviso, se vienen los tiempos difíciles del cambio climático y el calentamiento global, estamos en el inicio y ya empezamos a padecer temperaturas que se vuelven cada vez más extremosas. Estos fenómenos naturales evidencian la crisis en la que nos encontramos como Humanidad en esta época. Hay un viejo adagio: “si escupes al cielo, irremediablemente te caerá a la cara”. El Ser humano, en esa falta de lógica y de responsabilidad, contamina su nicho ecológico, destruye su hogar; el agua (deseca ríos y lagunas, está devastando los mares), la tierra se sobre explota (minería, monocultivos, tala indiscriminada de árboles), el aire (polución de la industria automotriz, de las empresas transnacionales), etcétera. En una visión bipartita, el mundo se divide entre conservadores neoliberalistas globalizados contrapuestos a liberales con tendencias panteístas que practican la comunidad. Los primeros descartan el cambio climático y el calentamiento global, ya que son dueños de las industrias que contaminan y que generan los daños más severos. En contraparte, los científicos humanistas han advertido de todos los daños que estamos generando y han intentado ayudar al respecto:

El individuo abstracto e indiferenciado es la piedra de toque del pensamiento conservador y de la ideología neoliberal. Según esta apreciación, las compulsiones del egoísmo y el interés personal, o más específicamente el cálculo racional de utilidad, es el móvil de la sociedad. (Márquez Covarrubias, 2013: 120)

La degradación ambiental avanza a la par de la precarización de la vida humana, el ser humano se reduce a un agente económico que busca maximizar beneficios sin considerar los costos sociales ni ambientales. Es una gran estulticia que se siga sin realizar nada relevante; somos un inmenso conglomerado que es un cáncer para la Naturaleza, la falta del vital líquido es la alarma del agorero que no se escucha: se nos está acabando la vida. James Lovelock, con su medular obra, La venganza de la Tierra, hacia la década del setenta del siglo pasado, nos alertó de todo esto, de la cosificación que se estaba realizando en todos los sentidos, son muy pocos los que saben e interactúan con la Naturaleza como un Ser vivo.1

La noción de que, metafóricamente hablando, la Tierra está viva existía ya en la Antigüedad. Era habitual que dioses y diosas personificaran ciertos elementos de la naturaleza, desde el cielo hasta un manantial, y esa idea de la Tierra como un organismo vivo aparecía con regularidad en la filosofía griega. Mucho después, Leonardo da Vinci interpretó el cuerpo humano como un microcosmos de la Tierra y la Tierra como el macrocosmos del cuerpo humano. Él no sabía, cosa que nosotros sí sabemos ahora, que el cuerpo humano es a su vez un macrocosmos de los minúsculos elementos de la vida —bacterias, parásitos y virus— que a menudo están en guerra unos con otros y que en conjunto superan en número a las células de nuestro cuerpo. Giordano Bruno ardió en la hoguera hace sólo cuatrocientos años por defender que la Tierra estaba viva y que quizá otros planetas también lo estuvieran. El geólogo James Hutton describió en 1785 la Tierra como un sistema que se autorregulaba. T. H. Huxley manifestó en 1877 un punto de vista similar. Por su parte, Vladimir Ivanovich Vernadsky afirmó que la biosfera funcionaba como una fuerza geológica creadora de un desequilibrio dinámicoque a su vez impulsa la diversidad de la vida (Lovelock, 2007: 13-14).

Y esa cosificación del Ser humano y de la Naturaleza es el mayor bemol, el máximo yerro de la episteme humana: la relación sujeto-objeto. Sistema que pone a ciertos seres humanos en la cima, que explotan a su gusto y antojo a los otros, ya sean recursos naturales y/o humanos, ya que todo se reduce a derrama económica, a ganancia de capital, a acumulación de dinero: “El capital y el poder, representados por las grandes corporaciones multinacionales y el Estado despliegan una práctica estratégica que atenta sistemáticamente en contra de la mayoría de las clases sociales y del medio ambiente, a fin de garantizar la reproducción del sistema de valorización del capital y la preservación de las relaciones de dominación”. (Márquez Covarrubias, 2013: 20)

Y en Nuestra América todo inició con la colonización de los extranjeros, se extrajeron al máximo los recursos referidos, y como acertadamente señaló el ingente José Martí, con respecto a nuestra condición de colonizados, debemos estar atentos siempre, a las nuevas formas de control y dominio, sobre todo, ante países imperialistas, como los Estados Unidos de Norteamérica: “El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución propia del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país” (Martí, 1978: 7). En ese siglo XIX, se crean las nuevas formas de colonización que prevalecieron todo el siglo siguiente y que perduran hasta ahora, éstas han sido las más dañinas, por el daño ambiental, baste referir las explotación de los mantos acuíferos en Chiapas por parte de Coca cola o el agua embotellada por parte de Nestlé.2

Empero, no todos los advenedizos han sido negativos o nocivos para nuestro continente,3 personajes como Ramón Pané, que fue un fraile jerónimo de origen catalán, que se embarcó con Colón y arribó a la Española en 1494, se encargó de documentar las culturas del Caribe. En el tercer viaje del almirante, el religioso le da un avance de la encomienda que se le asignó y se presupone que en 1498, tal vez, le haya entregado la versión preliminar o definitiva de su texto. La importancia de esta obra, de este libro es tal, que: “fray Ramón fue también el primer misionero en aprender la lengua e indagar las creencias de un pueblo indígena, su Relación constituye la piedra angular de los estudios etnológicos en este hemisferio” (Arroiz, 1988: 1). Y se entiende la relevancia de estos libros, de estos documentos que informan sobre ese periodo histórico, ya que los cronistas de indias son imprescindibles para comprender nuestra época, por todos los referentes históricos y socioculturales que nos han compartido en sus textos, que nos ayudan a comprender el devenir en que nos encontramos enmarcados por los procesos de colonización, control y dominio. Edmundo O’Gorman en su libro acerca de cuatro de estos humanistas letrados, nos menciona con respecto a Fernández de Oviedo: “La conquista de México y Perú son para él los episodios más importantes del desarrollo del plan providencial. El Nuevo Mundo es la fuente de inagotable riqueza que Dios pone al alcance del César para la ejecución de los divinos propósitos, cuya realidad histórica las Indias mismas atestiguan por el hecho de estar ya sujetas a la corona de España” (1972: 57).

Le correspondió a Ramón Pané ser el primer europeo que documentó los mitos de creación de las tierras americanas, como ocurre en múltiples regiones del mundo, provenimos del agua, de la Madre Tierra. En el estudio preliminar de la edición de Juan José Arrom, se hace mención: “Describió las ceremonias de los sacerdotes o behiques y las curaciones que éstos realizaban. Recogió los mitos que le contaron sobre el origen del sol y la luna, la creación del mar y los peces, la aparición del hombre en las islas y la domesticación y aprovechamiento de la yuca” (1988, p XII).

Aparato teórico-metodológico

El sustento teórico-metodológico del presente trabajo se sustenta principalmente de Rubén Bonifaz Nuño que con su propuesta de “lectura iconográfica”, el autor de Hombres y serpientes (1989) permitirá enfocar y analizar estos mitos de creación, ya que posibilita la identificación y articulación de elementos simbólicos en un corpus cultural. El método a implementar es el siguiente: “De acuerdo a los procedimientos iconográficos, es preciso, primero, analizar las imágenes y definir sus rasgos particulares, luego según la persistencia de éstos en piezas diferentes, integrar con ellas conjuntos coherentes entre sí; por último, a fin de explicarlos, recurrir a un texto donde tal explicación pueda hacerse patente” (Bonifaz Nuño, 2005, p. 17 ). Esta metodología no se utiliza sólo con imágenes plásticas, sino que puede aplicarse con imágenes culturales; esto es, los elementos simbólicos que se encuentran en las narraciones recopiladas por Pané, pueden ser analizadas desde una perspectiva iconográfica, dado que a través de los mitos surgen representaciones que al ser producidas en el lenguaje, crea y organiza entramados simbólicos que condensa un imaginario social. Así podemos inferir, que en el texto de Pané no solo se narra algo, sino que se escenifican los rituales y la relación con lo sagrado dentro de la cosmovisión taína. Por ejemplo, el mito de la calabaza, cuya ruptura da lugar al mar, es decir, que se muestra en escena y se simboliza la creación.

Complementando esta propuesta, realizaremos una crítica humanística con base en una postura decolonial, además de los autores ya citados líneas arriba (James Lovelock, José Martí, Edmundo O’Gorman), retomamos a grandes latinoamericanistas como Eduardo Galeano, con Las venas abiertas, a Germán Arciniegas, con Biografía del Caribe y Juan Bosch, con De Cristobal Colón a Fidel Castro. Con respecto al eje rector de análisis, menciona el gran maestro veracruzano: “Destruida, hasta donde pudo serlo, por los invasores hispanos; […] ha dejado, con todo eso, un conjunto de objetos donde, de manera evidente para ellos, celada para nosotros, han plasmado su concepción del hombre y del mundo, aquella que ha sido fuente del sentido esencial de su cultura misma”. (Bonifaz Nuño, 2005: 122). Esta teoría y metodología propone que busquemos a partir del quincunce (los cinco puntos de conformación, de orden y sistema del mundo, del universo).4 Al enfocar los símbolos, las imágenes, los rasgos distintivos que prevalezcan en los textos, en las narrativas, se generan conjuntos coherentes que nos permitan explicar, analizar y sondear a las culturas prehispánicas, precolombinas que fueron casi destruidas en su totalidad. La colonización no solo implica un proceso de dominación territorial, sino además un sistema epistémico que quitó voz, deslegitimado a los sistemas de conocimientos indígenas al considerarlos supersticiones o irracionalidad: “los pueblos conquistados y dominados fueron situados en una posición natural de inferioridad y, en consecuencia, también sus rasgos fenotípicos, así como sus descubrimientos mentales y culturales” (Quijano, 2014: 780). Por ello, es importante que las narraciones que provienen de los mitos se aborden como conocimientos legítimos que articulan la experiencia, el territorio y lo sagrado, con el objetivo de recuperar la riqueza simbólica de las imágenes y representaciones, en contra de categorías occidentales. Por ejemplo, el mito de la calabaza como mito de creación se contrapone abiertamente al racionalismo colonial, el cual despojó a esos relatos de su alcance ontológico y filosófico.

A continuación, en el primer apartado, vamos a reconstruir e interpretar los mitos de creación que documentó Ramón Pané y analizar su importancia cultural con respecto a los problemas ambientales que padecemos. Posteriormente, en el segundo apartado, sondear a través de tres periodos históricos cómo han saqueado y sean apropiado los extranjeros de todos los recursos, lo que nos hará comprender cómo se ha realizado la destrucción de la Naturaleza y sus habitantes en nuestro continente.

Rito y mito: la fuente de origen

Oh vayan, establézcanse en la

montaña de Poyauhtlan,

con las sonajas de niebla,

desde el Tlalocan

[el reino del dios de la lluvia] el

agua ha sido traída.

Antiguos cantares mexicanos

Como se sabe, los mitos son relatos antiquísimos que figuran en todas las civilizaciones, en los diversos pueblos del orbe: “Mitos son, pues, los relatos donde se cuentan las diversas irrupciones de lo sagrado en el mundo, irrupciones que provocan la aparición del Cosmos o de ciertas realidades primordiales del mismo: la vida vegetal o humana. En los mitos cosmogónicos de creación del mundo, del hombre, o los de la fecundidad de la tierra” (Estébanez, 1996: 681). El mito surge del rito, se complementan: “No se puede cumplir un ritual si no se conoce el «origen», es decir, el mito que cuenta, cómo ha sido efectuado la primera vez” (Eliade, 1978: 23).

El rito es la praxis, el recrear ese instante sagrado, ese espacio tiempo divino de creación que se vive y se siente, por eso es medular practicarlo constantemente, en su etimología: “La palabra rito viene del latín ritus, el cual se refería a las ceremonias religiosas. La idea del rito es que se tiene que realizar en cierto orden”. Empero, qué ocurre cuando ya no se vive el rito, cuando se deja de recrear esa cosmogonía y se disocia el rito del mito; entonces, sólo prevalece la abstracción del hecho, del ritual y sólo queda el mito como un suceso pasado en lo inmemorial. Esa es la dicotomía que nos interesa sondear en este trabajo, por qué se perdió la práctica de lo sagrado, en que se rendía culto a las fuerzas de la naturaleza como entelequias, como seres poderosos, capaces de destruir y aniquilar a los seres humanos. Mircea Eliade (1978) destaca que “la función principal del mito es revelar los modelos ejemplares de todos los ritos y actividades humanas significativas” (p. 20), y que además, “describen las diversas, y a veces dramáticas, irrupciones de lo sagrado (o de los «sobrenatural») en el Mundo. Es esta irrupción de los sagrado la quefundamenta realmente el Mundo y la que me hace tal como es hoy en día” (p.12-13). Así el mito funciona como una forma de significar la realidad, así como otorgaba un sentido a las actividades humanas. En la génesis de los pueblos originarios del continente americano aún se conservan ciertos registros (códices de piel de venado, murales, esculturas, dinteles que se conservan en las ciudades sagradas, nombradas zonas arqueológicas) en estas piezas se puede apreciar esos cultos a las fuerzas de la Naturaleza, en nuestro caso, nos interesa hacer hincapié al culto del Agua.

Ramón Pané, en su Relación le dio prioridad a toda esta información cosmogónica, de origen de los habitantes de estas islas del Caribe, recordemos que se encontraba en la Española, lo que hoy conocemos como Haíti y República Dominicana, el fraile menciona al respecto en el capítulo IX, intitulado: “Cómo dicen que fue hecho el mar”.

Hubo un hombre llamado Yaya, del que no saben el nombre;" y su hijo se llamaba Yayael, que quiere decir hijo de Yaya. El cual Yayael, queriendo matar a su padre, éste lo desterró, y así estuvo desterrado cuatro meses; y después su padre lo mató, y puso los huesos en una calabaza," y la colgó del techo de su casa, donde estuvo colgada algún tiempo." Sucedió que un día, con deseo de ver a su hijo, Yaya dijo a su mujer: "Quiero ver a nuestro hijo Yayael". Y ella se alegró, y bajando la calabaza, la volcó para ver los huesos de su hijo. De la cual salieron muchos peces grandes y chicos. De donde, viendo que aquellos huesos se habían transformado en peces, resolvieron comerlos (Pané, 1988: 28).

Esta referencia es muy significativa porque tiene que ver con ese origen mítico que coincide con las culturas mesoamericanas, como la maya y la náhuatl, y en términos generales, con el gran diluvio universal. En el caso de los mayas peninsulares yucatecos, como nos relata Ermilo Abreu Gómez, en su ingente obra Canek (1940), podemos apreciar estas similitudes en las narrativas del génesis: “Has de saber que Giaia tuvo un hijo malo llamado Giaial. Giaial quiso matar a su padre. Los dioses antiguos hablaron al oído de Giaia y le dijeron palabras de venganza. Giaia entonces mató a su hijo Giaial; tomó su cuerpo, lo despedazó y lo guardó dentro de una calabaza, la cual depositó en la falda de un cerro” (2008: 22). Como ocurre en la trama de los tainos o caribes, al igual que con los mayas yucatecos, la madre extraña demasiado a su hijo y procura buscarlo, hasta que finalmente la calabaza se rompe e inunda al mundo. Es relevante enfocar estas similitudes, ya que a pesar de que supuestamente no tendrían correspondencias los antillanos con los yucatecos, vemos que sí, y no es fortuito, ya que es muy probable que en tiempos muy remotos estas zonas estuvieran conectadas y por ello que sean muy parecidos y la narrativa mítica casi idénticas. Por ejemplo, en el capítulo X, intitulado: “Cómo los cuatro hijos gemelos de ltiba Cahubaba, que murió de parto, fueron juntos a coger la calabaza de Yaya, donde estaba su hijo Yayael, que se había transformado en peces, y ninguno se atrevió a cogerla, excepto Deminán Caracaracol, que la descolgó, y todos se hartaron de peces”. (Pané, 1988: 29). Estos cuatro hermanos son los bacabes o tlaloques, los que sostienen el mundo, como lo ilustra Mediz Bolio en su magistral obra publicada en 1922, La tierra del faisán y el venado: “Cuatro gigantes, uno a cada viento, sostienen el cielo con sus grandes brazos. Estos son los que se llaman cuatro bacabes, que se oye nombrar. […] los cuatro bacabes disputan entre sí por el gobierno de los días que sobran cada cuatro años. Y según El que manda, así los días son malos y de muerte y sequía, o son buenos y de vida y abundancia” (Mediz Bolio, 2008: 21). En el caso de la cultura del centro de México, del valle de Anáhuac, la correspondencia directa es con uno de los soles de la cosmogonía de los antiguos mexicanos y que se puede apreciar en el Calendario azteca y que Bernardino de Sahagún refirió en su ingente obra acerca de los mexicas:

Este dios llamado Tlaloctlamacazqui, era el dios de las lluvias: decían que él daba las lluvias para que regasen la tierra, mediante la cual lluvia se criaban todas la yerbas, árboles y frutos y mantenimientos: también decían que él mandaba el granizo y los relámpagos, y rayos y las tempestades del agua y los peligros de los ríos y de la mar. En llamarse Tlaloctlamacazqui quiere decir, que es dios que habita en el Paraíso terrenal, y que da a los hombres los mantenimientos necesarios para la vida corporal: los servicios que se le hacían, están referidos en el libro de las fiestas de los dioses (Sahagún, 1829: 3).

Como sabemos, los rituales dedicados a Tláloc han perdurado hasta nuestros días, en otras formas, en la hibridación, en el mestizaje religioso y cultural. El estado de Guerrero es rico en estos manifestaciones tardías; baste referir por ejemplo, los rituales, las danzas que se realizan en Zitlala (pelea de tigres) o en la zona centro (Chichihualco, Chilpancingo) con los tlacololeros. El tecuani o jaguar es la representación de la deidad de la lluvia. En el primer caso, a mayor cantidad de sangre vertida en el ritual, así se cree que será la abundancia de lluvia; en el segundo caso, también es una petición de lluvia y los chicotazos son los truenos de Tláloc: “las distintas variantes de danza en las que tiene presencia el felino, a saber tecuanes, tlacololeros, lobitos y pelea de tigres, constituyen campos semánticos de significación relacionados con la propiciación de la lluvia” (Atilano Flores, 2021: 20).

En estas expresiones de rituales, además de pedir la lluvia, revelan la permanencia del sentido de lo sagrado ligado al agua como como fuente de vida, lo sagrado puede manifestarse en elementos de la naturaleza, en este caso en el agua:

Para determinados seres humanos, lo sagrado pueda manifestarse en las piedras o en los árboles. Pues, como se verá en seguida, no se trata de la veneración de una piedra o de un árbol por si mismos. La piedra sagrada, el árbol sagrado no son adorados en cuanto tales; lo son precisamente por el hecho de ser hierofanías [acto de esa manifestación de lo sagrado], por el hecho de «mostrar» algo que ya no es ni piedra ni árbol, sino lo sagrado, lo ganz andere.(Eliade, 1981: 11)

De esta forma, los rituales y sus relatos míticos conservan la raíz simbólica del agua como fuente de creación. Retomando la Relación de Pané, en el Capítulo XI, en la progresión del mito de creación, refiere que: “Entonces sus hermanos le miraron la espalda, y vieron que la tenía muy hinchada; y creció tanto aquella hinchazón, que estuvo a punto de morir. Entonces procuraron cortarla, y no pudieron; y tomando un hacha de piedra se la abrieron, y salió una tortuga viva, hembra; y así le fabricaron su casa y criaron la tortuga." (Pané, 1988: 30). En este lenguaje figurado y metafórico, se entiende que a partir del agua surge todo y la tortuga es la representación de las cuevas sagradas, de las que se presupone también pudieron emergen no sólo los seres humanos, sino que también:

[…] el Sol y la Luna salieron de una cueva, que está en el país de un cacique llamado Mautiatihuel, la cual cueva se llama Iguanaboína, y ellos la tienen en mucha estimación, y la tienen toda pintada a su modo, sin figura alguna, con muchos follajes y otras cosas semejantes. Y en dicha cueva había dos cemíes, hechos de piedra, pequeños, el tamaño de medio brazo, con las manos atadas, y parecía que sudaban. Los cuales cemíes estimaban mucho; y cuando no llovía, dicen que entraban allí a visitarlos y en seguida llovía. Y de dichos cemíes, al uno le llamaban Boínayel y al otro Márohu (Pané, 1988: 31).

Como podemos comprender, toda esta riqueza se perdió en el Caribe, los rituales acabaron con el genocidio de los pobladores y así fue el sistema que implementaron los conquistadores, destruir e imponer su cultura a más no poder. En ese proceso de colonización no debían permitir que prevalecieran estas prácticas que tacharon de idolátricas, por lo que se encargaron de suprimirlas y erradicarlas mediante la Santa Inquisición y sus agentes que realizaron infinidad de procesos y autos de fe: “Mythos terminó por significar «todo lo que no puede existir en la realidad». Por su parte el judeocristianismo relegaba al dominio de «mentira» y de la «ilusión» todo aquello que no estaba justificado declarado válido por uno de los Testamentos” (Eliade, 1978: 8). Baste referir un par de casos ominosos, 1) el realizado por fray Diego de Landa, en Maní, con la cultura maya, en que no sólo calcinó códices sagrados, sino que quemó vivos a sabios mayas acusados de herejes, 2) todas las referencias de nahualismo o chamanismo tachadas de brujería y satanismo que dejó fray Hernando Ruiz de Alarcón, en su Tratado de supersticiones, en estas tierras del sureste mexicano (entre los pueblos se encuentran Iguala, Chilpancingo, Acapulco, Chilapa, Tlapa, etcétera). Redondeando este apartado, es fundamental no sólo recrear los mitos de maneral textual, sino que deben crearse monumentos, parques, museos o espacios significativos que simbolicen y recreen estas génesis, el ejemplo emblemático es la fuente del Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México (Imagen 1), en ella podemos apreciar, la gran ceiba sagrada que junto al cuadrángulo que representa a los cuatro tlaloques o bacabes, que sostienen al mundo, junto al árbol de la vida, de la que mana agua. Como en la siguiente imagen que corresponde al pilar central del Museo de Antropología e Historia de la Cdmex.

chilango - El significado detrás del paraguas del Museo Nacional de Antropología

Ceiba sagrada o árbol de la vida

Materialismo: Detritus

Para ellos, nuestras historias son mitos,

Nuestras doctrinas son leyendas,

Nuestra ciencia es magia,

Nuestras creencias supersticiones,

Nuestro arte es artesanía.

Subcomandante Marcos

A lo largo de toda la Colonia, los extranjeros realizaron epistemicidios en casi todos los lugares en que fundaron sus ayuntamientos, erradicando los sistemas de creencia, principalmente, imponiendo su Religión, Filosofía, Economía, y de manera general, su cultura. Los rituales que realizaban los originarios fueron prohibidos y erradicados casi en su totalidad, lo que ha llegado a nuestros días son sólo sustratos de esas profundas raíces que no se han muerto por completo: “Las sociedades aisladas, atadas al sueño dentro de un horizonte mitológico, no existen más que como regiones de explotación. Y dentro de las mismas sociedades progresistas, todos los últimos vestigios de la antigua herencia humana de ritual, moralidad y arte están en plena decadencia” (Campell, 1949: 212). Por todo ese basamento, en la actualidad continúa prevaleciendo esa visión eurocentrada, una forma de razonar que mediante la fórmula sujeto-objeto: cosifica casi todo. Los sujetos pensantes no humanistas, pueden imponerse a los sujetos (también humanos) y no sólo eso, pueden manipular y controlar a la tierra, al planeta que también puede ser una cosa de provecho, un objeto que deje derramas económicas. En esa cosificación, las fuerzas de la naturaleza no son seres vivos y por esta razón no se respetan y mucho menos se les debe de rendir culto. Cuando Nietzsche (1933) planteó que “Cuando los dioses mueren, mueren de muchas clases de muerte” (p. 206), nos lleva a la reflexión que su muerte está en el fin del rito y el mito, cuando los sujetos dejan de creer en su fuerza y su papel de ordenar el mundo, mueren cuando a través de la colonización y el mestizaje se transforman en símbolos y significados distintos o son desplazados por otras creencias, mueren cuando lo sagrado deja de irrumpir en la vida cotidiana y el mundo ya no se percibe atravesado por fuerzas sobrenaturales.

Esto quiere decir que el proceso de secularización, el Ser humano en sus abstracciones ha materializado a la Natura y se ha dedicado a explotarla, a sacarle provecho y el proceso es de siglos, el comienzo en América fue el siglo XVI. A continuación, refiero de manera general, tres momentos significativos, con respecto a esas colonizaciones o nuevas formas de opresión y dominio. En el primer caso, el maestro dominicano Juan Bosch, en su magna obra, De Cristobal Colón a Fidel Castro (1970), sintetiza ese cruento proceso de genocidio en las islas del Caribe:

La conquista del Caribe por parte de los muchos imperios que han caído sobre él causó la casi total desaparición de los indígenas en la región y la desaparición total de ellos en las islas, y causó, desde luego, las naturales sublevaciones de unos pueblos que se negaban a ser esclavizados y exterminados en sus propias tierras por extraños que habían llegado de países lejanos y desconocidos. Esa conquista provocó la llegada a la fuerza y la subsiguiente expansión demográfica de los negros africanos, conducidos la Caribe en condición de esclavos, y originó sus terribles y justas rebeliones, que produjeron inmensas pérdidas de vidas y de bienes (Bosch, 2009: 62).

Con esta cita podemos asimilar porque esos cultos, esos rituales que Ramón Pané nos presenta como mitos, desaparecieron por completo; y posteriormente, paradójicamente para los colonizadores, los africanos esclavos que exportaron para poblar, y sobre todo, explotar en estas tierras, también rendían culto a las fuerzas de la Naturaleza. Los afroamericanos, múltiples y diversos, con sus sistemas de creencias como el yoruba, fueron echando raíces en el continente, sobre todo en zonas portuarias.5 Los esclavos africanos llegaron de todas las partes y regiones de África, principalmente: Congo, Angola, la Nación Bantú, los lucumí o yorubas (Nigeria), los carabalí de los actuales Camerún, Gabón, parte de Nigeria los arará, de Benín.

En el segundo caso, ya el siglo XVII, con los ingenios azucareros y la exportación de las riquezas que eran llevadas de América a Europa, Germán Arciniegas, en su revelador libro, Biografía del Caribe (1945), sintetiza magistralmente como los franceses, y en especial, los ingleses disputaron los nuevos territorios a los españoles. Si no se podía de maneral legal, por la bula papal de Alejandro VI, de la casa española Borgia, sería de manera ilegal, la pugna por los recursos humanos y naturales tuvo un momento en suma álgido. La triangulación era exportar negros del África al continente americano, estos eran vendidos por productos de estas tierras, las especias eran comercializadas en la isla británica:

El nombre con que la historia designa a los corsarios y piratas de la reina es muy expresivo: son los perros del mar. De ellos está poblado el condado de Devon. Allí está la patria de los Hawkins, de los Drake. Allí se ha aprendido a odiar a los españoles de Felipe II, y se han formado quienes van al África, al Brasil, a Norteamérica, al Caribe. El más rico de Plymouth, William Hawkins, enseñó el camino. John, su hijo, sigue sus huellas y eclipsa sus glorias. En las crónicas de España se le conoce como el pirata Juan de Achines. Pero llamarle pirata es una exageración. Su verdadera profesión es la de contrabandista, negocio en el cual le acompaña la crema de la sociedad de Londres. El pirata es algo más serio: el pirata será sir Francis Drake (Arciniegas, 2016: 221).

Se entiende entonces, que las formas de saqueo de los recursos naturales y/o humanos pueden ser de manera legal, pero es mucho mejor que sean en la ilegalidad, en el cohecho, en la corrupción. Al respecto, en el tercer caso a enfatizar, los gobiernos subyugados por los imperialistas han otorgado concesiones para explotar los bosques, los minerales, los mantos acuíferos, etcétera. Al respecto, Eduardo Galeano, en la ingente obra, Las venas abiertas de América Latina (1971), enfoca los abusos comunes en el siglo XX, por parte del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

De acuerdo con los términos de este breve pero jugoso Manifiesto capitalista, la ley de la selva es el código que naturalmente rige la vida humana y la injusticia no existe, puesto que lo que conocemos por injusticia no es más que la expresión de la cruel armonía del universo: los países pobres son pobres porque... son pobres; el destino está escrito en los astros y sólo nacemos para cumplirlo: unos, condenados a obedecer; otros, señalados para mandar. Unos poniendo el cuello y otros poniendo la soga. (Galeano, 2004: 285)

Estos tres periodos históricos enfocados en el devenir de América Latina son representativos, para comprender cómo se fueron destruyendo las culturas originarias de nuestro continente, los rituales desaparecieron casi en su totalidad y nos quedaron algunos mitos que rememoran ese pasado perdido. Los extranjeros al imponerse se han adueñado y explotado a su gusto y antojo de los recursos humanos y naturales, como hemos enfatizado. Ahora podemos entender por qué continúan esos abusos y la lucha por esos recursos proseguirá hasta que se agoten, hasta que el ser humano se autodestruya en este Mundo, en este nicho ecológico que es su hogar.

Sin pretender ser maniqueísta o apocalíptico, la panorámica que se vislumbra no es alentadora, sin embargo, en ese afán de integración, una posible salida se anida en nuestros infantes, a ellos debemos inculcar el amor y apego con nuestra Madre Naturaleza (Tonantzin, Pachamama, Gaia), rendirle culto mediante el respeto, a través del cuidado y resguardo del Agua, de la Tierra, del Viento… Tal vez aún estemos a tiempo de contra ponernos a esos que cosifican y buscan sólo la derrama económica. En pleno siglo XXI, urge y demandamos un decreto mundial de los derechos de la Naturaleza, como se remarcó en este foro internacional, a través de la Cátedra Carlos Marx. Debemos unir fuerzas y realizar al menos ese intento de proponer, gestionar o concretar esos espacios referidos, como museos, esculturas o parques temáticos que coadyuven a generar esa conciencia y/o pertenencia con la Tierra, con el Agua. Al desplazar el enfoque europeo y devolver la capacidad de creación y explicación propuestas por las diversas cosmovisiones, apuntamos a reconocer que sus mitos no son vestigios de una cultura callada, sino expresiones de memoria viva que siguen uniendo identidades, territorios y prácticas en el Caribe.

El mito guarda memoria sagrada, nos recuerda que el mundo existe porque los dioses lo crearon y significaron. En cada acto cotidiano el arado que abre la tierra, la lluvia que da fertilidad, la cosecha que se recoge no es sino la repetición de aquellos actos iniciales, es decir, que marcaron la vida y condición humana. Por tanto, el mito otorga legitimidad y sentido, lo humano no surge del azar, sino una participación en lo sagrado:

Los mitos relatan no sólo el origen del Mundo, de los animales, de las plantas y del hombre, sino también todos los acontecimientos primordiales a consecuencia de los cuales el hombre ha llegado ser lo que es hoy, es decir, un ser mortal, sexuado, organizado en sociedad, obligado a trabajar para vivir, y que trabaja según ciertas reglas. Si el Mundo existe, si el hombre existe, es porque los Seres Sobrenaturales han desplegado una actividad creadora en los «comienzos». (Eliade, 1978: 17)

Ahora bien, los mitos nos recuerdan la sacralidad de los orígenes y advierte sobre la fragilidad de nuestro existir, pues los dioses significaron los elementos de la naturaleza y a los animales como compañeros de vida y no como objetos de dominio. Los seres humanos han olvidado el carácter sagrado de la naturaleza y al hacerlo rompe con los mitos fundadores que daban orden al caos, sin darse cuenta de que al negar el sentido sagrado también niega su destino ¿Qué pasará con los frágiles seres humanos que desafían la fuerza de la naturaleza que le rodea?

Conclusiones

Con base en el mito referido por Ramón Pané y su correspondencia con la génesis de los mayas yucatecos y los mexicas del centro de México, es nítida la trascendencia de los ritos, del culto, de las ceremonias que practicaban los antiguos habitantes de América y que debemos recuperar, en la medida de lo posible. La contradicción evidente es que estos pueblos fueron considerados arcaicos, irracionales e incivilizados por los europeos, y los colonizadores no entendieron lo primordial que es guardar respeto por la madre Naturaleza. Los originarios de estas tierras consideraban, en ese Nosotros, que todo tiene vida: el viento, el fuego o el agua son lo sagrado, lo divino. Rendir culto es procurar la armonía y no provocar la ira de estas fuerzas inmensas. El proceso de secularización coadyuvó a desacralizar y la cosificación ha englobado al Mundo, como hemos enfatizado con la explotación irracional de los recursos humanos y la devastación de los recursos naturales. Otro de los detonantes fue la revolución industrial, las trasnacionales neoliberalistas no respetan absolutamente nada, con tal de lucrar, de obtener cuantiosas derramas económicas. Lo padecimos en la pandemia, la empresas transnacionales no cambiaron su modus operandi y su ingente maquinaria de producción prosiguió y seguimos entrampados en ese proceso de consumismo desacerbado que nos está encaminando al colapso, a la inminente extinción de la vida en nuestro planeta.

Al respecto, enfocando el caso particular del huracán Otis, en Acapulco, Guerrero, México, ocurrido hace dos años (25 de octubre), llama mucho la atención que a pesar de los protocolos de seguridad por parte de los gobiernos, instituciones o medios de comunicación (por ejemplo, la UAGro, ese día suspendió clases), el grueso de la población de esta ciudad portuaria no practicó una cultura de la prevención. El sentido común, la lógica te indica que debes cuidarte, resguardarte ante un huracán, aunque sea de categoría menor, situación que no sucedió y ya sabemos las consecuencias. La estulticia se dio con los hoteleros que hicieron caso omiso y son responsables de los turistas que perdieron la vida, por no realizar los protocolos de protección, no quisieron cancelar, tener pérdidas económicas (son los que mayor daño causan a la bahía al verter sus aguas negras a la Mar). Este fenómeno de la Naturaleza debe tenerse muy presente, porque es muy probable que se repita en otros puntos del ingente océano Pacífico. Es muy importante inculcar el respeto ante la gran fuerza de los vientos, que genera un huracán, estar al pendiente si alcanza la máxima categoría, como fue el caso. Que se mejoren los protocolos de seguridad y se inculque una cultura de la prevención.

Suena descabellado, pero sería bueno retomar estos mitos de creación y rememorar que provenimos del agua y agua somos, y dado el caso, rendir culto no contaminando, protegiendo, cuidando a la Mar, a los ríos (revivir al Huacapa en Chilpancingo), las lagunas. El ejemplo es Monterrey con Santa Lucía, un río artificial en esta zona desértica que da vida en lo agreste. Tenemos la responsabilidad y el compromiso de cuidar al estado de Guerrero, al hermoso puerto de Acapulco, a Ixtapa Zihuatanejo, a todo nuestro México, a la Madre Tierra, en general. La conciencia que debemos general que se convierta en un eco que vibre en nuestra memoria es: ¡Basta de ensuciar, de destruir, de matar nuestro nicho ecológico!

Bibliografía

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José Oscar Luna Tolentino

Es Profesor Investigador Tiempo Completo de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Guerrero, Licenciatura en Literatura Hispanoamericana y Maestría en Humanidades. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, nivel I (2022-2029). Posee el perfil PRODEP 2022-2027. Miembro de la Asociación Mexicana de Estudios del Caribe (AMEC). Pertenece al Cuerpo Académico: “Estudio Literarios, Humanísticos e Interculturales”: CAELHI 2049. Miembro fundador de la “Cátedra Latinoamericana Ignacio Manuel Altamirano”. Coordinador de la Maestría en Humanidades, Universidad Autónoma de Guerrero.

https://orcid.org/0000-0003-1524-2611

correo: 18522@uagro.mx

Alejandra Abigail Rodríguez López

Maestrante de Humanidades en la Facultad de Filosofía y Letras. Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma Metropolitana.

Correo: 12444897@uagro.mx

Notes
1.
En el documental:David Attenborough: Una vida en nuestro planeta. Se comparten las siguientes cifras que son terribles para nosotros como humanidad y que nos pone en el pórtico del fin de nuestra especie, veamos estos datos contundentes que ocurrieron entre 1937 y 2020: A) La población mundial pasó de 2.3 mil millones a 7.8 mil millones. B) Las partes por millón de carbono en la atmósfera de 280 a 415. C) Las reservas naturales de 66% a 35% en 2020. Estas predicciones no son solamente alarmantes, sino dantescas. Sin pandemia de por medio, si no detenemos el desenfrenado consumismo en que estamos insertos, las condiciones de vida en el mundo en los próximos 10 años, 20 años o 50 años, serán cada vez más inapropiadas, estaremos en el proceso de extinción.
2.
En la publicaciónEl Salto, se enfatiza que: “la periodista Martha Pskowski ha publicado en la web estadounidense Truth Out un extenso reportaje sobre la planta que Coca Cola tiene entre las localidades chiapanecas de San Felipe y San Cristóbal. La instalación consume más de un millón de litros de agua al día, lo que está teniendo consecuencias sobre el abastecimiento de la población”. Con respecto a Nestlé, en el portal Comisión de la Cuenca, se ha denunciado que: “En 2007, el consorcio obtuvo del gobierno federal una nueva concesión en la comunidad de Santa Cruz Otlatla del municipio de Tlahuapan, donde radica la planta de Nestlé, para incrementar la extracción de agua del acuífero. Con la nueva concesión, de acuerdo con una interpretación micro hidrológica del especialista César Solís Gómez, basado en los datos oficiales del Registro Público de Derechos de Agua (Repda), se infiere que sólo con este último manantial de un volumen de 500 mil metros cúbicos al año, se pudieran regar alrededor de diez mil hectáreas o abastecer de agua potable a diez mil habitantes, una cuarta parte de la población total del municipio de Tlahuapan.
3.
Ramón Pané forma parte de una gran lista de grandes humanistas que intentaron comprender y resguardar la cultura que documentaron en sus obras, a este personaje se suman, sólo por referir a los más reconocidos defensores de lo americano como fueron: Fray Bartolomé de las Casas, fray Toribio de Benavente “Motolinía”, fray Pedro de Gante o fray Andrés de Olmos. Véase,El anticolonialismo europeo. Desde Las Casas a Marx, selección de Marcel Merle y Roberto Mesa.
4.
El quincunce, esos cinco puntos que se distribuyen a la manera de los correspondientes al lado número cinco del dado; en lo complejo, la figuración de símbolos… de acuerdo con los procedimientos iconográficos, es preciso, primero, analizar las imágenes y definir sus rasgos particulares; luego, según la persistencia de éstos en piezas diferentes, integrar con ellas conjuntos coherentes entre sí; por último, a fin de explicarlos, recurrir a un texto donde tal explicación pueda hacerse patente. (Bonifaz Nuño, 2005: 223).
5.
Ejemplos de esos cultos son a la diosa del mar que es Yemayá, la diosa de los ríos y lagunas que es Oshun o el dios del trueno Changó. Para los neófitos, además de consultar a especialistas como Fernando Ortiz o Lydia Cabrera.
Oscar Luna. Date: 2025-11-22T16:44:00